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La desgracia del aye aye ¿lo quieren eliminar por ser feo?

Aye aye, Tom Junek/CC BY-SA 3.0
Aye aye, Daubentonia madagascariensis
Tom Junek/CC BY-SA 3.0

El aye aye, cuyo nombre científico es Daubentonia madagascariensis, pertenece a la familia de los primates, para ser más específicos un prosimio, de nariz húmeda y en endémico de Madagascar. No es difícil darse cuenta de que mantiene un estrecho parentesco con los lémures. En la actualidad, este primate es el único sobreviviente de su género, Daubentonia, ya que su pariente gigante se extinguió hace casi un milenio. Lamentablemente, el aye aye actual corre peligro de tener el mismo destino que su antecesor. ¿Será acaso que su fealdad podría llevarlos a la extinción?.

Datos generales sobre el aye aye

Antes de adentrarnos en su situación actual, conozcamos algo más de este curioso animal. Al llegar a la edad adulta, mide aproximadamente 40 centímetros de longitud, a los que se le suma otro medio metro o un poco más de cola. Su peso es de 2,5 kilos en promedio. Daubentonia madagascariensis posee un oído y un olfato privilegiado.

La selva malgache, el hábitat del aye aye, sufrió siniestros provocados por desastres naturales, tales como incendios, así como también talas y modificación de áreas para destinarlas a cultivos agrícolas. Tan reducido se vio el hábitat de este primate que durante mucho tiempo se lo creyó extinto. No fue hasta 1961 cuando se volvieron a encontrar especímenes de la especie. Fue en ese momento cuando el gobierno de Madagascar comenzó a implementar medidas de protección hacia el animal y su hábitat.

El aye aye en peligro

Cuando vemos a este mamífero con aspecto de ratón y dimensiones de un gato doméstico, no nos extraña que en los albores de su descubrimiento fuera catalogado como una especie de ardilla extraña. Sin embargo, la desgracia de Daubentonia madagascariensis va más allá de ser poco agraciado físicamente y lo peor de todo es que su vida depende de este mismo factor.

Lo que ocurre con el aye aye, es que los habitantes de los diversos pueblos y aldeas de Madagascar lo consideran una criatura del demonio, que trae un mal presagio para quienes lo ven. El hecho de que sea un mamífero nocturno no lo ayuda al respecto, ya que encontrarse con un espécimen de estos en la oscuridad no es una muy grata experiencia.

El dedo del aye aye

Existe una extraña creencia en las aldeas que circundan los bosques, que dice que si el animal señala con su dedo a alguien, esa persona ha sido marcada para morir en breve. Otros poblados no son tan drásticos en su superstición, pero igualmente lo consideran señal de mala suerte y desgracias, lo que también lo convierte en un candidato para ser eliminado.

Es así que cuando un local de Madagascar se cruza con un aye aye, toma la iniciativa de terminar con la vida del animal, ya que desgraciadamente se cree que así se libera de los presagios negativos que el primate trae consigo.

De este modo, no sólo la destrucción de su único hábitat (los bosques de la isla), es lo que hace peligrar su permanencia en el planeta, sino que también ha entrado en juego la superstición y no se puede asegurar a ciencia cierta cuál será el destino del aye aye de aquí a menos de diez años.

¿Por qué es tan feo el aye aye?

Como todo en la naturaleza tiene su explicación, la peculiar y algo temeraria morfología de este mamífero tiene sus orígenes en la forma de alimentarse. El aye aye se alimenta de larvas e insectos que viven en el interior de los árboles, siendo las hojas y frutos el complemento del primer menú mencionado. Dado que no es nada sencillo visualizar y extraer su alimentación principal del árbol, es que el Daubentonia madagascariensis se fue adaptando y llegó hasta su forma actual. Veamos parte a parte su cuerpo y expliquemos las razones de cada una de ellas.

Su casi desproporcionadamente enormes ojos se deben a que para conseguir su sustento, se tiene que trasladar de árbol en árbol, cerca de la cima que es donde vive y, como si esto fuera poco, lo hace durante la noche. Por lo tanto, es necesario que tenga una muy buena visión para poder conseguir comida.

El dedo medio de su mano explica su casi raquitismo y longitud a que es el instrumento del que se sirve para golpear en los troncos y detectar donde puede haber alimento disponible. Una vez que lo encuentra, introduce ese dedo raquítico y puntiagudo en el hueco disponible y extrae su comida con la ayuda de su uña híper-curva.

Sus enormes orejas se explican debido al hecho de que necesita tener un oído muy agudo para detectar el movimiento dentro de cada hueco.

El aye aye se creyó extinto hace más de 50 años, pero tuvo su segunda oportunidad y hoy lo tenemos con nosotros. La pregunta es, ¿logrará sobrevivir a la tala indiscriminada de su hábitat a la superstición heredada de los ancestros?

Medidas de conservación. Distribución

Distribución geográfica de aye aye, Daubentonia madagascariensis

Daubentonia madagascariensis es habitante del continente africano, concretamente de la isla de Madagascar, se distribuye en la zona norte, este y centro oeste.

Su población se encuentra bastante fragmentada y la tendencia es decreciente, por esa razón la Lista Roja lo evalúa como en peligro de extinción. Se adaptan a diversos hábitat, especialmente áreas boscosas, matorral y manglares, en general, donde abunde sus principales fuentes de alimentación: plátanos, cocos, Canarium spp., etc. Sus avistamiento son poco frecuentes, aparte de supersticiones ya mencionadas con anterioridad, también es cazado como fuente de alimento, incluso considerado como plaga en zonas agrícolas.

Otras medidas de conservación son su inclusión en el Convenio CITES, en su Apéndice I y establecimientos de áreas protegidas en su zona de origen.

Se han registrado Daubentonia madagascariensis con una longevidad de hasta los 23 años en cautividad.

Reproducción de Daubentonia madagascariensis

La reproducción tampoco ayuda a la conservación del aye aye, toda vez que la madurez sexual es alcanzada a partir de los dos años y medio de vida. El número de crías es solo una, la cual presenta un crecimiento bastante lento. Por otra parte, el periodo o ciclo reproductivo si bien es prolongado, una vez se producen los nacimientos, las hembras no vuelven a gestar hasta transcurrido un mínimo de dos años.

El periodo de lactación de los pequeños aye aye dura aproximadamente cinco meses y suelen valerse por sí mismo a partir del año de vida. El desarrollo tan lento está relacionado con su comportamientos alimenticios, muy especializados.

Taxonomía de Daubentonia madagascariensis

Dominio: Eucarya, organismos celulares con núcleos verdaderos.

Reino: Animalia, animales.

Subreino: Eumetazoa, presentan tejidos, órganos y masa corporal.

Filo: Chordata, existencia de cuerda dorsal.

Subfilo: Vertebrata, animales con columna vertebral.

Clase: Mammalia, mamíferos que se caracterizan por tener glándulas mamarias, pelo y mandíbulas.

Orden: Primates, animales plantígrados pentadáctilos con pulgares mayoritariamente oponibles.

Familia: Daubentoniidae

Género: Daubentonia

Especie: Daubentonia madagascariensis. Gmelin, 1788

Sinónimos:

  • Cheiromys madagascariensis laniger
  • Lemur psilodactylus

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