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Órganos de los sentidos en perros y gatos

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Los animales mamíferos se relacionan con el exterior por medio de la captación de gran variedad de estímulos. Estos estímulos son captados por diferentes órganos especializados en cada estímulo o conjunto de ellos agrupados en sentidos. Hay un órgano por cada sentido.

Analizamos los órganos de los sentidos en perros y gatos y su relación con el medio externo.

La vista

El órgano asociado a la captación de estímulos visuales es el ojo. El globo ocular es la porción que recibe los rayos de luz y los transforman en estímulos nerviosos que se traducen en información en el encéfalo. El ojo está formado por 3 capas principales:

– Túnica fibrosa: da forma al globo ocular y tiene diferentes partes: la esclerótica y la córnea. La esclerótica es una membrana fibrosa, dura, opaca y blanquecina que está atravesada por arterias, venas y nervios. La córnea es una zona de esta túnica completamente transparente sin vasos ni nervios atravesándola.

– Túnica vascular o úvea: es la capa media que cubre el globo ocular dividida en varias partes:

– La primera de estas capas es la coroides, una capa negra que proporciona oscuridad en el fondo del ojo para captar la imagen más nítida y más fácilmente.

– El cuerpo ciliar es un engrosamiento en forma de anillo que sostiene y controla el movimiento del cristalino, además está ricamente vascularizado.

– El iris es una porción muscular situada por delante del cuerpo ciliar y regula la apertura o el cierre de la pupila. Además es una capa pigmentada que da lugar al color del ojo.

– Tapetum lucidum: estructura de la coroides que se sitúa cerca del nervio óptico y que sirve para la reflexión de luz en animales nocturnos, aumentando la visibilidad en la oscuridad.

– La pupila es una apertura dejada por el iris, y es la estructura que permite el paso de la luz, por tanto de la imagen dentro del ojo: Midriasis (dilatación), miosis (contracción); cuando no actúan ambas pupilas de forma coordinada se denomina anisocoria.

– El cristalino es una estructura móvil que se puede ensanchar y estrechar gracias a contracciones del cuerpo ciliar. Cuanto más estrecha, más fácil es captar las imágenes lejanas, y cuanto más se ensancha, más nítidas son las cercanas.

– Entre el cristalino y la córnea hay una cavidad rellena de líquido que está dividida en dos partes por el iris. El humor acuoso se forma en el cuerpo ciliar, en la cavidad entre el iris y el cristalino, y es absorbido entre el iris y la córnea.

– Túnica nerviosa, también denominada retina: es la capa más interna que recubre el ojo y es la que se encarga de recoger la luz que entra mediante unos fotorreceptores especializados. Se considera parte del sistema nervioso central. Hay dos tipos de fotorreceptores:

– Conos: son los encargados de captar el color y cobran protagonismo durante el día.

– Bastones: son los encargados de captar la luminosidad y el blanco y el negro. Son importantes durante la noche. En perros y gatos suelen predominar los bastones sobre los conos, ven sobre todo colores azules y amarillos.

Estos receptores contactan con una capa de neuronas que transmiten la información de los receptores hacia el cerebro mediante el nervio óptico. Observando el interior del ojo puede apreciarse un punto ciego que es donde confluyen todos los axones de la retina y empieza el nervio óptico. Otra zona es la mácula, una zona especialmente sensible a los estímulos lumínicos.

El quiasma óptico es la unión de los dos nervios ópticos. Los perros y gatos, al igual que los humanos, tienen visión binocular, por lo que las imágenes de ambos ojos se juntan en un punto dando visión estereoscópica.

Hay una serie de órganos anejos que ayudan de un modo u otro al correcto funcionamiento del ojo y de la captación de la visión. Veámoslo detenidamente:

– Los párpados son dos láminas musculares y fibrosas que tienen como función la protección del ojo, proteger la córnea de la desecación mediante la distribución de las lágrimas, y además tienen glándulas en su interior que lubrican la córnea y el borde de los párpados. Ambos párpados son móviles y la cara exterior está recubierta de piel, mientras que la interior está recubierta por una mucosa llamada conjuntiva palpebral, que se une con la bulbar en su base. El otro extremo está festoneado por unos pelos especiales llamados pestañas.

– Tercer ojo o membrana nictitante: No está presente en todos los animales mamíferos pero sí en el perro y el gato. Es una membrana fibrosa que cubre el ojo de forma contraria a los párpados, está cubierta de conjuntiva y es involuntario.

– La conjuntiva es un tejido especial que cubre todo el ojo por dentro de los párpados y alrededor del ojo, evita que los objetos extraños penetren en el ojo.

– El aparato lagrimal es un conjunto de conductos y glándulas que se encargan de lubricar y limpiar el ojo. La glándula lagrimal se encuentra en la parte superior y se abre en una media de 10 a 15 conductos hacia el ojo. Secreta una sustancia líquida y salada que baña al ojo y es recogida por unos conductos tanto en la parte inferior como en la superior que desembocan en el conducto nasolacrimal, el cual comunica con la cavidad nasal. Puede haber una glándula accesoria unida al tercer parpado.

– La órbita es la cavidad ósea donde están alojadas todas las estructuras del ojo y da forma al ojo. Tiene una serie de perforaciones por donde se introducen los nervios y los vasos sanguíneos que irrigan el ojo.

– Los músculos bulbares son los encargados de que los ojos se muevan dentro de las órbitas.

El oído del perro y el gato

Tanto perros como gatos tienen el sentido de la audición muy desarrollado y pueden detectar sonidos imposibles de captar por el oído humano. Además también aloja el sentido del equilibrio. El oído está dividido en tres porciones:

– Oído externo: formado por el pabellón auricular y el conducto auditivo.

– La oreja tiene como función canalizar el sonido hacia el pabellón auditivo. En perros y gatos existen de muchas formas y tamaños y suelen caracterizar muchas razas.

– El pabellón auditivo externo tiene forma de L (lo que dificulta mucho la exploración veterinaria). En su interior existen glándulas sebáceas y ceruminosas, secretan una sustancia que protege al odio frente a infecciones y suciedad.

– Oído medio: Está excavado en el hueso temporal del cráneo y se mantiene relleno de aire. En él se encuentran una serie de huesecillos que transmiten la vibración del tímpano hacia el oído interno: martillo, yunque y estribo. En esta porción también se encuentra la trompa de Eustaquio que comunica el oído con la nasofaringe para equilibrar las presiones y para que no se generen daños. Por último, la membrana timpánica comunica el oído externo con el oído medio y transmite las vibraciones canalizadas del exterior.

– Oído interno: en esta parte las vibraciones y los movimientos son transformados en impulsos nerviosos. Hay dos partes fundamentales: el laberinto óseo, cavidades excavadas en el hueso temporal, y el laberinto membranoso, estructuras que están situadas en el interior del laberinto óseo. Existen dos estructuras diferenciadas:

– Los canales semicirculares, que alojan el sentido del equilibrio y parten de un agrandamiento denominado utrículo.

– La cóclea, que aloja el sentido del oído.

El oído interno está relleno de líquido derivado del líquido cefalorraquídeo. Se denomina perilinfa (entre el hueso y el tejido membranoso) y la endolinfa (dentro del tejido membranoso).

A nivel funcional, tanto el utrículo como el sáculo están cubiertos por unas células nerviosas especiales, contienen cilios y convierten su movimiento en sensaciones nerviosas. El sentido del equilibrio se aloja en el utrículo, en cuyo interior se encuentran unas sustancias cálcicas denominadas otolitos, que se mueven con los movimientos y presionan los cilios informando del equilibrio.

Por otro lado, la cóclea también está tapizada de células ciliadas y se comunica con el resto del oído mediante la ventana oval. El tímpano vibra con las ondas sonoras del exterior, y la cadena de huesecillos los transmite y lo amplifica a la ventana oval de la cóclea, la cual hace que se mueva la endolinfa de diferentes maneras según el sonido transmitido, que es captado por las células ciliadas y se transmite al cerebro para su interpretación.

Órganos olfatorios

Están alojado en el interior de la cavidad nasal, existen unas células bipolares cuyas dendritas llegan a la cavidad y poseen unos pelos que captan las partículas olorosas del ambiente, todo ello ayudado por una secreción mucosa originada por las glándulas serosas olfatorias.

En perros y gatos se encuentra el órgano vomeronasal, especializado también en captar ciertas sustancias químicas como las feromonas. Se encuentra en la base de la cavidad nasal en dos surcos dentro del paladar duro. Pueden observarse comportamientos que hacen más fácil la captación de sustancias por este órgano. En el caso del perro se denomina “Tonguing”, consiste en pegar la lengua al paladar para que las sustancias lleguen a éste. En el gato se denomina “Flehmen”, mantienen la boca entreabierta y hacia arriba para la captación de sustancias químicas.

El sentido del gusto

En el perro y en el gato este sentido no está muy desarrollado, está presente sobre todo en los botones gustativos alojados en la lengua y en el paladar blando, aunque en menor medida en este último. Los botones son acumulaciones de papilas gustativas. Existen unas glándulas serosas que ayudan a la percepción y limpian los poros. Los botones que se encargan de captar un determinado sabor se distribuyen en una zona concreta de la lengua. Los perros no son capaces de detectar el sabor salado, mientras que los gatos son incapaces de detectar lo dulce.

La piel de los mamíferos y el sentido del tacto.

El tacto está alojado en el órgano más grande de cualquier organismo, la piel. Los receptores sensitivos están especializados en captar muchas sensaciones diferentes como pueden ser presión, dolor, calor, frío y químicos. Cada receptor está especializado en captar una sensación como por ejemplo, los del dolor son terminaciones neuronales libres y están repartidos uniformemente.

En perros y gatos, hay un tipo de receptores táctiles que se organizan en largos y gruesos pelos llamados vibrisas (comúnmente llamados bigotes) en cuya base se encuentra el receptor. Están distribuidos por la zona de la cara, cejas, almohadilla plantar accesoria y por los tarsos.

La piel en sí misma es un órgano encargado de proteger el organismo frente agresiones externas de cualquier tipo, impide la desecación o sobrehidratación del cuerpo, colabora en la termorregulación y además reside el sentido del tacto. Está formada por tres capas:

– Epidermis: Es un tejido estratificado que no está vascularizado y en cuya base se encuentra el epitelio germinativo en constante división. Según se originan nuevas células, van ascendiendo y degradando, formando el estrato córneo, que es el que está en íntimo contacto con el exterior. Estas células van perdiendo orgánulos y se llenan de un compuesto denominado queratina.

– Dermis: Es una capa fibrosa sobre la que se asienta la epidermis. Este epitelio está muy vascularizado e inervado por nervios. En el epitelio se encuentran las glándulas cutáneas y los folículos pilosos.

– Hipodermis: es la capa más baja, también se denomina tejido subcutáneo.

Hay dos tipos de glándulas en la piel, las sudoríparas que constan de un conducto que comunica con el exterior. Los perros y los gatos cuentan con pocas glándulas, están agrupadas en las plantas de los pies y manos, perineo y en los sacos perianales. Por otro lado, las glándulas sebáceas están asociadas a los folículos pilosos y secretan una sustancia grasa que protege contra la humedad; hay algunas glándulas especializadas como las perianales, que secretan una sustancia grasa y olorosa de utilidad en el marcaje.

En la piel existen unas almohadillas especiales que protegen las plantas de los pies y las falanges, están formadas por una base de tejido graso y fibroelástico, con una epidermis gruesa y muy queratinizada para proteger del roce.

Los apéndices cutáneos son básicamente los pelos que cubren la totalidad del cuerpo, surgen del folículo piloso. Los pelos sufren un proceso de muda estacional en el que cambian las capas pilosas según la necesidad del animal.

Por último, las garras parten de las falanges de las pies y manos, están formadas por una pared fuertemente curvada de tejido córneo.


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